| IX Congreso - ALAP 2020 | Resumo: 10071-1 | ||||
Resumo:La adhesión de nuestro país a las políticas de protección internacional, (ACNUR, 2010) unida a la inserción de Chile a las dinámicas migratorias sur-sur (Elizalde, Thayer Correa, Córdova, 2013), se han traducido en un aumento de las solicitudes de asilo político de personas de origen latinoamericano, especialmente colombianos, y venezolanos. La categoría de refugiado representa en sí un desafío clasificatorio en cuanto las personas que se acogen a esta figura deben demostrar haber “cruzado las fronteras por temores bien fundados de persecución” (Morgades, 2016:240) y sólo bajo dicha condición adquieren la protección internacional. Esta necesidad de representarse como víctimas, induce a demostrar una diferenciación respecto a otras trayectorias migratorias como las motivadas por situaciones económicas o crisis humanitarias. Las implicaciones de la victimización como mecanismo de acceso a derechos y sus consecuencias a nivel afectivo y de generación de un proyecto migratorio en el país de llegada, han sido ampliamente indagadas en otros contextos (Harrell-Bond, 1999) y contrastan con la indiferencia institucional que prima en otros ámbitos del tratamiento que reciben los refugiados como son acceso a salud, vivienda, trabajo y educación. En este cuadro, a partir de una investigación exploratoria desarrollada en la ciudad de Santiago la ponencia expondrá las condiciones en que la protección internacional se está desarrollando en Chile, visibilizando las medidas que desestimulan el ejercicio de este derecho, así como la burocratización del proceso que aumenta la precariedad en la que se encuentra esta población. Palavras-chave:
movilidad humana, refugiados, espera
|
|||||