RED: Ciudades

Existe evidencia sobrada para argumentar que el cambio climático pone en jaque al desarrollo sostenible de las naciones, ya que ese cambio provoca una frecuencia cada vez mayor de desastres, con pérdida de vidas humanas y de activos estructurales que golpean con mayor fuerza a los países con menor desarrollo. Por ello, las Naciones Unidas han delineado un plan, consecutivo a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, conocido como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que opera en consonancia con los tratados internacionales preexistentes en materia de cambio climático. Los ODS se pusieron en marcha en 2016 y plantean 17 objetivos que incluyen dimensiones y metas relacionadas al cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible y la paz y la justicia, entre otras. Una de las metas planteadas en los ODS implica el apoyo a las regiones más vulnerables para adaptarse al cambio climático, a integrar medidas de reducción del riesgo de desastres en las políticas y estrategias nacionales, y a limitar el aumento de la temperatura media global 2°C respecto de los niveles pre-industriales. Esto resalta el complejo entramado de relaciones entre el cambio climático, los desastres y el desarrollo sostenible en la región. La idea de que los desastres afectan al desarrollo de las naciones en dos vías ha sido desarrollada por algunos autores argumentando que un desastre puede conducir a la pobreza por un lado, mientras que por otro la pobreza genera condiciones de vulnerabilidad para hacer frente a los desastres. Esto tiene una importante implicancia para su abordaje empírico, al menos en los países latinoamericanos y caribeños, ya que esta complejidad de relaciones en dos vías crea un entramado que se torna difícil de capturar empíricamente.

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América Latina es la región más urbanizada del mundo en desarrollo. Dos tercios de la población latinoamericana vive en ciudades de 20.000 o más habitantes y casi un 80% en zonas urbanas. Como ha señalado Manuel Castells, las ciudades -cuando funcionan y son gestionadas adecuadamente- son el motor de la economía y asumen el papel de ser los principales medios productores de innovación y riqueza. Sin embargo, paradójicamente, también resulta casi inevitable asociar a las ciudades –y su intenso y descontrolado crecimiento- a la marginalidad, al crecimiento de los asentamientos informales, y a la desigualdad. Si bien el debate sobre la desigualdad no es nuevo en América Latina y el Caribe, en las últimas décadas ha cobrado gran relevancia la problematización del espacio urbano como dimensión relevante para comprender las lógicas de producción y reproducción de las desigualdades. Precisamente son estas desigualdades urbanas las que modifican y amplifican las desigualdades estructurales que han caracterizado históricamente a las ciudades de la región. Bajo las premisas que el espacio importa y que las desigualdades en los niveles de bienestar y en el acceso de oportunidades que permiten la movilidad social están estrechamente ligados al lugar de residencia, se invita el envío de ponencias que profundicen, desde lo conceptual, analítico y/o metodológico, la compresión de las desigualdades urbanas y su relación con la situación de la vivienda en las ciudades de América Latina y el Caribe.

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Diferentes cambios se están produciendo en los sistemas de asentamientos humanos. Aunque el marco general es de continuidad de la urbanización, la tradicional concentración en una o unas pocas ciudades parece haber cedido en varios países y, en cualquier caso, en todos ha aumentado la cantidad de ciudades. Muchas de dichas ciudades se han convertido en alternativas reales para los migrantes y para el desarrollo de distinto tipo de actividades económicas, por lo que muchas de ellas han alcanzado cobertura de servicios similares a la de las ciudades principales. Por su parte, las ciudades grandes se han expandido y varias han comenzado procesos de difusión y fragmentación territoriales que desafían las formas tradicionales de entender a la ciudad. Pero en la región carecemos de definiciones y conocimientos preciso para delimitar y analizar estas nuevas modalidades expandidas de ciudad. En relación a las grandes ciudades existe un debate de larga data sobre la validez de los procesos de desconcentración demográfica y económica acaecidos en algunos países, por cuanto esta parece haber ocurrido hacia zonas cercanas a las grandes ciudades, pudiendo tratarse, entonces de “desconcentración concentrada”. Este debate que podría ser abordado empíricamente, al menos en lo que refiere a la concentración de la población, con investigaciones que siguieran procedimientos comunes y examinaran diversos escenarios territoriales de la desconcentración, para dar cuenta de la complejidad de las definiciones territoriales de las metrópolis en la actualidad. Dentro de las ciudades también hay transformaciones profundas, algunas de las cuales han sido sistematizadas como mutaciones urbanas, que incluyen, entre otros fenómenos, la diversificación social de la periferia, la suburbanización de la clase alta, y la recuperación residencial de áreas centrales. Y hay debates sobre las tendencias de la segregación, la importancia del centro tradicional y del espacio (o los espacios) históricos de asentamiento de la clase alta. Por su parte en el ámbito rural las fuerzas expulsoras siguen operando sobre la base de persistentes desigualdades rural-urbanas. Aun así, la “re-primarización” productiva podría tener efectos económicos sobre el ámbito rural, al igual que la suburbanización de familias acomodadas, introduciendo debate sobre el futuro residencial del campo, ya que la reprimarización no se traduce necesariamente en mejorías para la población del campo y es concomitante con el aumento del peso del sector servicios, que es netamente urbano. Cualquiera sea el caso, todos estos cambios se relacionan directamente con la migración y la movilidad en general. Por ello, la sesión abordará las relaciones teóricas y empíricas entre estas transformaciones de los sistemas de asentamiento humanos y la movilidad humana, sea migración internacional, interna, intrametropolitana o movilidad cotidiana (communting/pendularidade). Interesa el enfoque territorial que considere la movilidad humana como variable clave para abordar una o más de las transformaciones en curso de los sistemas de asentamiento humanos, así como la investigación con datos novedosos (sea por se de reciente factura o de fuentes emergentes), que contenga un marco conceptual bien fundado y un marco metodológico bien estructurado.