ORGANIZADOR DE LA PROPUESTA: Andreu Domingo Valls


El surgimiento del Big Data plantea para la demografía un triple reto: metodológico, epistemológico y político. La revolución informática está transformando vertiginosamente la recogida y producción de datos estadísticos susceptibles de ser ordenados en series demográficas y explotados tanto en el estudio del presente como para el estudio histórico de la población, o la reducción de la incerteza del comportamiento demográfico y de la reproducción de las poblaciones en el futuro. Esa oportunidad plantea la introducción de nuevas técnicas o perspectivas aplicadas a la demografía que nos permiten estudiar los fenómenos demográficos básicos a partir de nuevos ángulos, desde el reconocimiento de la visión por computador, hasta el análisis de redes aplicado a las redes sociales como Facebook, los mensajes de Twitter, o el uso de la telefonía móvil, que aún se encuentran en sus estadios iniciales. Por otro lado, el impacto no se limita únicamente a las aportaciones de carácter metodológico, sino que afecta a la propia disciplina de la demografía al plantear de nuevo qué es aquello que llamamos “población”, o más exactamente, las categorías y la propia categorización bajo las que consideramos las poblaciones objetos de estudio. Así, hay autores que han señalado como las posibilidades exhaustivas del Big Data acaban de forma liberadora con las antiguas categorizaciones de raza o grupo étnico-cultural, para centrarse en los hábitos individuales, mientras que otros se preocupan porque frecuentemente las series producidas por el Big Data se ven circunscritas al consumo desdibujando los perfiles demográficos. Por último, hay que considerar las implicaciones políticas que puede tener la integración de la minería de datos en un lugar central del análisis demográfico. Primero, desde la óptica de la producción y control de datos, que están planteando la división entre público y privado, y con ella papel de los servicios de estadística con referencia al propio Estado. Segundo, desde el papel central que la Demografía puede tener en la construcción del llamado Capitalismo de la Vigilancia, como aquel que reclama la experiencia humana como materia prima de prácticas comerciales basadas en la explotación, predicción y venta de la misma. Así, según sus detractores, la substitución de la estadística por el Big Data, lleva a la caducidad de la biopolítica y el nacimiento de un nuevo sistema de control neoliberal. Son de interés los ejercicios de Big Data en cualquiera de sus modalidades aplicados a la Demografía, sea desde la demografía histórica o la actual, así como las reflexiones de carácter epistemológico o sobre las implicaciones políticas que conlleva el uso del Big Data en Demografía.