ORGANIZADOR DE LA PROPUESTA: Julio César Mejía Santana


Si bien la emigración de caribeños (sobre todo isleños) a Norteamérica y varios países de Europa (Francia, Italia, España) es uno de los rasgos constitutivos de la transición demográfica de los países que conforman la subregión del Caribe, y en particular de la dinámica migratoria del Caribe desde mediados de la década de los 60, al interior de la subregión se verifica la intensidad y diversidad de flujos migratorios. Algunos de ellos datan de principios del pasado siglo, como los desplazamientos de población de Haití a la República Dominicana, el principal flujo de migración insular. La migración intrarregional representa la mitad (51%) del total de inmigrantes en la subregión, siendo Haití (57%) y la República Dominicana (12%) los principales países de origen de este tipo de migración, mientras que los principales destinos de esta migración son la República Dominicana, que continúa siendo un importante polo de atracción para migrantes a nivel intrarregional, seguida por Puerto Rico, Guadalupe y Las Bahamas, que en su conjunto absorben casi el 60% de la migración interregional. Además de la República Dominicana, las islas de Guadalupe (50%), las Bahamas (72%) y en menor grado, Martinica (18%), Aruba (15%) y Curazao (13%) constituyen también importantes destinos para la migración haitiana. Otras islas del Caribe muestran patrones de inmigración muy diversos, como las Islas Vírgenes de Estados Unidos, que cuentan con 38.703 inmigrantes provenientes de San Cristóbal & Nieves (18,4%); Dominica (14,2%); República Dominicana (12,0%); Santa Lucía (11,9%); Puerto Rico (10,5%) o Curazao, que cuenta entre sus 15.374 inmigrantes a nacionales de la República Dominicana (37,9%), las Antillas Holandesas (15,5%), Haití (13,1%) y Aruba (11,3%). Adicionalmente, existen flujos de migración laboral temporal entre los diferentes países de la subregión, como los trabajadores/as temporales de Dominica, Santa Lucía y Haití en el cultivo de la caña de azúcar en las islas del Caribe francés (Guadalupe y Martinica). Asimismo, migrantes de San Vicente, Granada y Guyana viajan por temporadas a Trinidad y Tobago para vender sus productos agrícolas, y, en los últimos años, también se han registrado trabajadores/as migrantes de la República Dominicana en diferentes islas del Caribe oriental. Uno de los flujos de inmigración al Caribe más recientes es el de venezolanos a algunos de los países del Caribe Sur como Aruba, Curazao y Trinidad y Tobago, así como también en otros destinos como la República Dominicana. La intensidad y diversidad de flujos migratorios intrarregionales pone en evidencia la complejidad y el desafío que implica analizarlas a profundidad y generar políticas públicas para abordarlas adecuadamente.